Muchas veces hay que aprender a renunciar. No nos sale de dentro. Ya desde niños si la pretensión de nuestros papás era que eligiéramos entre el coche azul y el rojo, el resultado era más que previsible: pataleta y llantina. ¿Cómo no podían entender que queríamos los dos coches, o las muñecas, que lo queríamos todo? Quizá esté dentro de la condición icón humana el quererlo todo y por eso es tan difícil renunciar a algo. Renunciar a un sueño. Renunciar a una ilusión.
Lo suyo sería no tener nunca que renunciar a nada, pero la vida es una perra que no nos pone las cosas fáciles y nos va llevando a encrucijadas en las que no sabemos qué hacer: si seguir adelante como los valientes que se juegan la vida en una batalla a campo abierto o recular y buscar el abrigo de un parapeto para evitar que el enemigo nos meta una bala en los sesos.
Esta semana me ha tocado renunciar al maratón de Chicago 2015.
Y no a causa de una lesión o de una enfermedad, o por falta de entrenamientos. No. A día de hoy me encuentro pletórico de fuerzas: esta mañana mismo me ha tocado una tirada larga de 28 kms. que me he zampado como si fuera un caramelo de limón. He seguido un plan de entrenamientos exigente, mucho: a poco más de treinta días de la carrera llevo acumulados 200 kilómetros más que cuando preparé Mapoma en 2014.
La razón por la que renuncio a Chicago es mucho más banal, más zafia, más vulgar: dinero. En estos momentos la economía familiar es la que es y no podemos permitirnos el lujo de gastarnos 2.000 euros en un viaje a Chicago. Ni 1.000. Ni 500. Y menos por correr un maratón.
Así que tras once semanas de preparación y 660 kilómetros acumulados, tengo que decir adiós al sueño. Y seguramente también a correr un maratón en 2015.
Pero como se suele decir, el dinero viene y va. Llegarán tiempos mejores y nos reiremos de esto, chicos. Mientras tanto, la pestaña del correo electrónico me indica que he recibido un nuevo mensaje:
«CARLOS:
Thank you for completing the 2015 Bank of America Chicago Marathon deferment process. Your 2015 Chicago Marathon entry has been deferred.»
Ya no hay vuelta atrás.
CHICAGO MARATHON:
See you in 2016… mark my words!